sábado, 28 de noviembre de 2009

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO (Lucas 21, 25-28.34-36)



ADVIENTO
¡VEN, SEÑOR JESÚS! 


No es rutinario este diario deseo de la Iglesia. No es un mero repetir por no dejar que la Tradición se apague por completo, se oscurezca del todo.

Los nubarrones no faltan, por más que, atolondrados, queramos despejarlos cerrando los ojos; no cambia el estruendo de tanto oleaje de confusión charlatana por más que elevemos su volumen ensordecedor diciendo que es sonido de diseño, mientras nos tapamos los oídos para no escuchar el grito de miedo que se agazapa en lo más profundo si aún no se ha llegado al embotamiento anulador de todo resquicio que huela a crecer como personas.  

Si seguimos en pie, aunque tambaleando de sueño, es porque el Adviento, la esperanza cierta de tantos, continúa gritando: ¡Ven, Señor Jesús! 

El camino está señalado, ya lo marcó Aquel que vino y viene y vendrá, el Todopoderoso, con la majestad y el poder del servicio hasta la muerte: Jesús, que abre carril por lo nevado y frío del hombre, proyectándose, como luz, para que los pasos de los que esperan no vacilen; para que no se nos eche encima, como un lazo, la noche de la insensatez y perdamos las fuerzas para escapar de lo que está por venir si proseguimos deslumbrándonos con tantos fuegos de artificio que prenden para ocultarnos la verdad de nosotros mismos y la necesidad de tantos que gritan con su vida: ¡Ven Salvador! 

Y casi imperceptible, disipando oscuridades y nieblas, la luz de la esperanza, Aquel que es la Luz y nuestra Esperanza Cierta, Jesús, aclarará el camino, lo cercará, lo hará recto, derretirá la nieve que lo cubría, abrirá el cielo de los nubarrones amenazantes y lo convertirá también en ruta luminosa y bella.

Dice Jesús: cuando veáis signos de este cambio,



 "LEVANTAOS, ALZAD LA CABEZA:
SE ACERCA VUESTRA LIBERACIÓN"

1 comentario:

Estrella dijo...

Señor Jesús, manten mi esperanza de que encontraré trabajo, de que seré útil, de que siempre volveré a tí, de que ire haciendo camino, de que la vida puede pasar por mí con más fuerza todavía, de que la vida es más bella aún, de que tú estas cerca aunque aún seamos bastante negativos y veamos más las dificultades que las posibilidades. Ven, Señor Jesús, ven con más fuerza todavía. Que la falta de fe no nos lleve a desesperar. Aumenta nuestra fe. Feliz Adviento hermanos todos